Sintiendo a la Bruja en mí

Viviendo inmersa en mi invierno, menstruando en Luna nueva

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¡Que más se puede pedir?! Son los ingredientes ideales para seguir desprendiéndome de creencias caducas que ya no sirven. De apegos y de enfoques oxidados que frenan mi crecimiento, impidiéndome evolucionar... ¿Los famosos patrones limitantes, que nos afectan inconscientemente, y que al eliminarlos te acercas cada día más a tu verdadero yo?... Pues esos son.

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Esta fase en la que me encuentro exactamente ahora, se conoce como el arquetipo de la Anciana, la Bruja o la Chamana. Facilita el contactar con nuestra parte más profunda, fría y receptiva, que muchas negamos por cierto, y que nos ayuda a saber que es lo que ya no queremos más. Porque nos incomoda profundamente lo que no vibra con nosotras... ¿Esa mala leche que te entra a veces y algún que otro u otra 'tocapelotas u ovarios' comenta jocosamente diciendo "estará en esos días" ?... Pues eso es.

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Pero realmente lo que ocurre es algo bien diferente, es una fase repleta de sabiduría infinita, en la que percibes claramente lo que ya no quieres para ti, en la que te das cuenta que te estas obligando a seguir un ritmo, que en este momento, no es el tuyo. Aunque a veces, eso sí, la hartura es tanta que pierdes el filtro que si tienes en otras fases.

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Tenemos el don de morir y renacer cada ciclo, y no solemos aprovecharlo. Este es un momento de liberación, que si se integra y se vive con conciencia, nos ayuda a dejar atrás todo lo viejo, para darle la bienvenida a lo nuevo, esa fase posterior de expansión que trae el arquetipo de la doncella, la primavera, la luna creciente y la fase de preovulación... Y que también coincide con el significado de renacimiento de BerKana, el nombre con el que bauticé a mis terapias, no causalmente claro está.

Como mujeres cíclicas que somos, conocer nuestras diferentes fases, nos acerca a entendernos y a poder explicar para que otros entiendan, a descubrir primero nosotras los porqués de estos cambios que sufrimos y a veces no podemos comprender. Podemos aprovechar la diferentes energía de cada momento, para conseguir nuestro propósito respetando nuestro ritmo natural y creando la vida que queremos y nos merecemos.

No somos lunáticas... bueeeeno siiii, vale. Pero todo tiene un porqué... Y es absolutamente maravilloso cuando lo entiendes.

Feliz invierno.